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Hau dong es un ritual que combina valores artísticos tradicionales en términos de literatura, música, baile, artes plásticas, artes escénicas y festival folclórico. Los ejecutantes, llamados medios, se cree que son capaces de ponerse en contacto directamente con los espíritus, mientras que los asistentes a la ceremonia (la audiencia) esperan tener contacto con ellos para pedir su bendición.
Hau dong se presenta a menudo en los templos o palacios, donde siempre hay un espacio solemne para la adoración religiosa y las ofrendas a los seres sagrados. El ritual de la adoración de la Madre se simboliza a través de las estatuas, pinturas populares, adornos y trajes de cinco colores que representan los cinco elementos básicos (metal, madera, agua, fuego y tierra, de acuerdo con la filosofía oriental). Hau dong se realiza en un escenario delante del altar de la Diosa Madre, lo cual se llama la fase espiritual. El encargado de una ceremonia de Hau dong puede ser hombre o mujer y se cree que posee un espíritu que se reavela en el escenario cubierto con una estera, y es ayudado por dos asistentes a cargo de cambiar los trajes de los medios para que sean apropiados a cada sesión. Una banda de músicos se sienta en el escenario tocando flautas, tambores y una cítara de dos cuerdas, y se acompañan de dos o tres cantantes que cantan cuando el espíritu cruza al medio. Para cada actuación de Hau dong puede haber varios espíritus que, uno tras otro, se encarnan en el medio para bailar y distribuir ofertas a la audiencia. Cuando el medio cae en un trance, se inicia una sesión. En general, hay cerca de 36 sesiones de una Hau dong, cada una representa un espíritu, una diosa, un mandarín o un objeto sagrado.
Los bailes en una actuación de Hau dong comprenden diversas formas del arte de la danza. En cada sesión, los bailes representan características del espíritu. Si es un general, los bailes serán movimientos de artes marciales —rápidos y fuertes— con armas militares y banderas, y si es una diosa de montaña, normalmente una mujer étnica, el medio bailará con abanicos o simplemente moverá las manos al son de la música. Los abanicos están hechos de cuero y son de colores blanco, verde, rojo o amarillo, cada uno adaptado a la decoración del palacio de cada diosa. En una sesión para un príncipe, habrán bailes con una lanza, una vara o un arco y flechas, mientras que para la sesión de una princesa, las danzas son encantadoras y el medio lleva hermosos trajes, bailando con abanicos y flores, fingiendo bordar o remar un barco. En las danzas de imitación, el público verá al medio simular que monta a caballo, rema en un bote, o lleva cestas cargadas. Los puntales del baile son una espada, abanicos, remos, bufandas y banderas, entre otros elementos.
Un escenario de Hau dong puede ser tan pequeño como el tamaño de una colchoneta, por lo que se utilizan en el baile formas convencionales y estilizadas. Todos los movimientos del cuerpo se realizan de manera tan habilidosa que el público siente que el espíritu está en el escenario ante ellos, en el cuerpo del medio. Además de la actuación del cuerpo, el valor literario del Hau dong se refleja a través de las canciones, bailes, cuentos y versos ricos en filosofía, música y humanidad.
Por Vinh Hung - Fotos: Vu Hieu |
