
Una joven de Dzao rojo.

El poder mágico.

En pleno ambiente festivo.
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En el transcurso de la historia milenaria de construcción y defensa nacionales, los grupos étnicos de las regiones septentrionales de Vietnam han forjado su propia y muy original tradición cultural, cuyos valores se reflejan en los festivales, una de las particularidades de su vida espiritual
Buena Suerte para los dzao rojo
La ceremonia de la Buena Suerte es festejada por los dzao rojos de la comuna de Ho Thau, distrito de Hoang Su Phi, provincia de Ha Giang en la primera quincena del primer mes del año nuevo lunar, que coincide con el fin de enero y principios de febrero. El hechicero, elegantemente vestido, prende incienso para invitar a los espíritus a testimoniar la expresión ritual de gratitud al Cielo y a la Tierra, por haber dado a los aldeanos buenas cosechas. Después de terminar las oraciones, el hechicero riega aguardiente y granos de arroz por los alrededores; luego coloca dos pedazos de madera en un pozuelo y los mueve hasta que quedan en posición opuesta, lo que representa el consenso de los espíritus.
El Salto al Fuego es el rito más importante. Los dzao consideran que el fuego les ofrece calor y buenas cosechas, y ahuyenta a las enfermedades y malos espíritus. En medio del rítmico golpeteo del hechicero sobre madera, algunos, “ayudados” por los espíritus, saltan hacia el fuego y toman con sus manos brasas y cenizas calientes, que riegan sobre su cabeza y cuerpo. Así hacen sucesivamente todos los dzao rojos, dando a los presentes la sensación de que poseen la magia de dominar el fuego. Esta ceremonia se conoce también por Baño de Fuego, que ayuda a limpiarse de todo lo malo para recibir la buena suerte.
Buena Siembra, un valor ritual de los taynbsp;

Trompo, un juego popular.

Preparando tributos rituales.

Una escena delnbsp; festival.

Una danza con movimientos del
arte marcial.
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En los primeros días del año nuevo lunar, los tay de Ban Chu, distrito de Hung Dao, provincia de Lang Son, celebran sus ritos legendarios de Buena Siembra, en espera de una buena cosecha.
Esta fiesta se remonta a una leyenda sobre una joven pareja que roturaba la tierra en Ban Chu para cultivar arroz y algodón, y practicaba la tejeduría. Imitándolos, muchos llegaron al lugar para establecerse. Después de la muerte de la pareja, los aldeanos los consideraron precursores del oficio y construyeron un templo dedicado a su culto. Además, pedían la bendición del Genio de la Agricultura para lograr buenas cosechas.
Durante el festival, después de los procedimientos rituales oficiales, el hechicero rocía un puñado de granos de arroz sobre la tierra y un poco de agua hacia el cielo mientras ruega por una vida próspera, pacífica y feliz. Este proceso, el más importante de la ceremonia, evidencia el carácter y el papel de la agricultura en la vida social.
Entre los juegos populares se destaca, por sus valores humanistas, la elección de marido entre los intelectuales, campesinos, obreros y comerciantes, que recuerda la historia de una bella joven que rechazó ofertas ventajosas para casarse con un labriego pobre pero muy laborioso. Los visitantes se fascinan también por las competencias de ballesta, zancos, artes marciales y otras demostraciones. La danza del león es en especial una actividad indispensable para los aldeanos que consideran al rey de la selva como representación de fuerza, fortuna, salud y suerte.
Mientras tanto, los jóvenes conversan alegremente, deseándose mutuamente todo lo mejor para el año nuevo. Algunos aprovechan para buscar amistades y también a su “otra mitad”.
Por Nguyen Tuan Long - Ngo Du - Tran Phong
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