En un contexto de creciente competencia global, Vietnam ha promulgado numerosas políticas en ciencia, tecnología e innovación, pero persiste una amplia brecha entre la orientación y la práctica.
Hanoi (VNA) – En un contexto de creciente competencia global, Vietnam ha promulgado numerosas políticas en ciencia, tecnología e innovación, pero persiste una amplia brecha entre la orientación y la práctica.
En una empresa en la provincia de Hung Yen. (Fuente: VNA)
La prioridad actual es generar avances institucionales, eliminar barreras a la inversión, establecer un marco legal flexible y seleccionar tecnologías estratégicas que eleven la posición nacional.
Según Hoang Kim Khuyen, del Instituto de Estado y Derecho, de la Academia de Ciencias Sociales de Vietnam, perfeccionar el marco institucional para atraer inversión es condición esencial. Aunque grandes grupos como Viettel, FPT, Vingroup o VinBigData han invertido en investigación, aún son pocas las empresas privadas comprometidas de manera sostenible con la I+D (investigación y desarrollo) debido a normativas fragmentadas, trámites engorrosos y políticas poco atractivas.
El Fondo de Ciencia y Tecnología empresarial acumuló entre 2015 y 2023 más de 1,37 mil millones de dólares, pero solo el 60% se utilizó; el resto quedó “congelado” por obstáculos burocráticos.
Kim Khuyen propuso un paquete integral: reformar las leyes de ciencia, tecnología y propiedad intelectual para garantizar coherencia y transparencia; diseñar incentivos claros en materia fiscal, crediticia y de suelo; y simplificar trámites para facilitar el acceso de las pymes.
Asimismo, el Estado debe fortalecer el ecosistema nacional de innovación con centros de emprendimiento, parques tecnológicos y un modelo de vinculación entre institutos, universidades y empresas para impulsar la comercialización de resultados científicos, recomendó.
Mientras tanto, Nguyen Thu Dung, también del Instituto de Estado y Derecho, subrayó la necesidad de innovar en el pensamiento jurídico mediante la aplicación del mecanismo de prueba controlada (sandbox), que permite a las empresas probar nuevas tecnologías bajo supervisión.
Si se implementa en campos como inteligencia artificial, blockchain, biotecnología o energías limpias, podría convertirse en un catalizador decisivo.
Por su parte, Ha Huy Ngoc, del Instituto de Economía de Vietnam y el Mundo, destacó la urgencia de identificar y desarrollar tecnologías estratégicas. A su juicio, Vietnam debe priorizar ámbitos como la inteligencia artificial, los semiconductores, la energía renovable, la biotecnología y la ciberseguridad, con programas nacionales específicos, un centro de inteligencia artificial de alcance nacional y un fondo de inversión tecnológica estratégico y transparente.
El desarrollo de tecnologías clave no solo persigue crecimiento económico, sino también seguridad nacional, soberanía digital y mayor presencia internacional.
Cuando el marco legal se convierta en motor y la tecnología estratégica en punta de lanza, la innovación generará una fuerza endógena capaz de impulsar a Vietnam hacia su objetivo de convertirse en un país desarrollado y de altos ingresos en 2045./.