Desde el extremo oriental del puente sobre el río Han, se conduce unos 10 kilómetros hacia el norte por la carretera costera Vo Nguyen Giap para llegar a la península de Son Tra. Desde allí, recorriendo un tramo similar por zona montañosa se encuentra la base del antiguo faro de Tien Sa.
Conocido también como faro de Son Tra, se eleva 233 metros sobre el nivel del mar en el este de la península. La torre fue construida por los franceses y se puso en uso en 1902.
La edificación se encuentra en la parte alta de la montaña, rodeada de árboles, y a veces se pueden ver monos y ducs de patas negras (Pygathrix nigripes) jugando y alimentándose de hojas tiernas. En el sitio hay una oficina de operaciones y la torre de iluminación, de arquitectura francesa de principios del siglo XX. Toda la obra está pintada de amarillo con bordes blancos, al estilo típico de las antiguas construcciones francesas en Indochina.
Según, Nguyen Van Luong, subdirector del faro, aunque la instalación tiene más de 100 años, gracias al mantenimiento regular, todavía funciona bien. La lámpara principal puede girar 360 grados e irradiar hasta 23 nudos (unos 40 kilómetros).
Después de más de un siglo, a pesar de la lluvia y el viento, las inclemencias del tiempo y el clima, el antiguo faro de Tien Sa sigue iluminando y ayudando a los barcos que pasan por el área marítima de la provincia de Thua Thien Hue y la ciudad de Da Nang.
Hoy en día, además de garantizar la seguridad marítima, la añeja base del faro de Tien Sa es un destino favorito de los turistas. Los visitantes tienen la oportunidad de admirar la belleza romántica de un antiguo edificio de arquitectura francesa, y pueden también sumergirse en el espacio majestuoso de las montañas y el mar, así como conocer la vida sencilla pero significativa de los ingenieros que mantienen las luces en la península de Son Tra./.
Conocido también como faro de Son Tra, se eleva 233 metros sobre el nivel del mar en el este de la península. La torre fue construida por los franceses y se puso en uso en 1902.
La edificación se encuentra en la parte alta de la montaña, rodeada de árboles, y a veces se pueden ver monos y ducs de patas negras (Pygathrix nigripes) jugando y alimentándose de hojas tiernas. En el sitio hay una oficina de operaciones y la torre de iluminación, de arquitectura francesa de principios del siglo XX. Toda la obra está pintada de amarillo con bordes blancos, al estilo típico de las antiguas construcciones francesas en Indochina.
 La torre está pintada de amarillo con bordes blancos, al estilo típico de las antiguas construcciones francesas.  La torre de 10 metros esta a unos 160 metros sobre el nivel del mar.  Arco de cristal de la torre.  Vista de la península y el inmenso mar desde el faro.  La lámpara principal de la torre.  Además de una lámpara principal que puede irradiar hasta 23 nudos (unos 40 kilómetros), la torre cuenta con una secundaria.  Algunas informaciones escritas en frances sobre la torre de faro.  Controlador de la rotación de la lámpara fue hecho en Francia.  Gracias al mantenimiento regular, los engranajes de bronce de la luz aún se lucen bien después de un siglo.  La lámpara principal puede irradiar hasta 23 nudos (unos 40 kilómetros).  La única forma para subir y bajar la torre.  Nguyen Van Luong, subdirector del faro cuida especialmente la lámpara.  Un pequeño sendero que atraviesa un jardín verde conecta la estación de monitoreo y la torre. |
Según, Nguyen Van Luong, subdirector del faro, aunque la instalación tiene más de 100 años, gracias al mantenimiento regular, todavía funciona bien. La lámpara principal puede girar 360 grados e irradiar hasta 23 nudos (unos 40 kilómetros).
Después de más de un siglo, a pesar de la lluvia y el viento, las inclemencias del tiempo y el clima, el antiguo faro de Tien Sa sigue iluminando y ayudando a los barcos que pasan por el área marítima de la provincia de Thua Thien Hue y la ciudad de Da Nang.
Hoy en día, además de garantizar la seguridad marítima, la añeja base del faro de Tien Sa es un destino favorito de los turistas. Los visitantes tienen la oportunidad de admirar la belleza romántica de un antiguo edificio de arquitectura francesa, y pueden también sumergirse en el espacio majestuoso de las montañas y el mar, así como conocer la vida sencilla pero significativa de los ingenieros que mantienen las luces en la península de Son Tra./.
Por Thanh Hoa
