Hue, la tierra de los dragones
El dragón es un animal legendario, venerado por los orientales como símbolo de realeza, fuerza y poder, asociado a la imagen del rey. Durante la dinastía vietnamita Nguyen, en las talentosas manos de los artesanos, junto con la influencia de las instituciones culturales reales y la apertura del pensamiento artístico contemporáneo, la imagen del dragón alcanzó su máxima riqueza en términos de temas, materiales y formas de expresión. Por ello, la antigua ciudadela de Hue, capital de la dinastía Nguyen, también es conocida como “la tierra de los dragones”.
En la cultura vietnamita, el mítico dragón está a la cabeza de los cuatro animales sagrados (dragón, qilin, tortuga y fénix). En él convergen las características más relevantes de nueve animales de existencia real: cuerpo de serpiente, escamas de carpa, cabeza de camello, cuernos de ciervo, patas de tigre, garras de águila, orejas de vaca, nariz y melena de león y cola de gallo.
Las referencias a los dragones en Vietnam datan de tiempos muy remotos y quizás la más reconocible sea la leyenda Con Rong Chau Tien (Hijos de dragón y nietos de hada), del período de los reyes Hung, sobre el origen del pueblo vietnamita. Durante la etapa feudal, su imagen se utilizó comúnmente, especialmente en la decoración arquitectónica y el arte real.
En el pasado, cuando las regulaciones sobre las artes decorativas eran estrictas, la representación del dragón solo se usaba en obras arquitectónicas vinculadas a la realeza: palacios, templos, mausoleos, o en objetos reservados para los reyes, como tronos, sellos, decretos, ropa, zapatos, sombreros y tazas.
Más tarde, a partir del concepto de que, además de ser un símbolo de la autoridad del emperador, también representa la sacralidad, la protección, la prosperidad, la suerte, la bondad, el clima favorable..., su imagen se fue extendiendo y apareció en muchas instituciones culturales populares, entre ellas casas comunales, pagodas, viviendas e incluso tumbas de personas comunes, aunque con moderación y según ciertas convenciones para no trivializarla y violar el privilegio de la familia real.
Los dragones reales y los populares son diferentes. El ser mitológico simboliza al monarca, su cuerpo debe tener 81 escamas yang (convexas), 36 escamas yin (cóncavas), un cuerpo de nueve pliegues y cinco garras en sus patas. En los del folclore, las patas normalmente solo tienen tres o cuatro garras; o se transforman en otras variantes, como giao long (un tipo de cocodrilo en la mitología de Vietnam) y long ma (caballo-dragón); o especies como la carpa, el crisantemo, el bambú… se convierten en el fabuloso animal.
Los dragones de los Nguyen, la última dinastía feudal de Vietnam, heredaron las características de los de períodos precedentes, pero su forma y espíritu eran más elegantes, fuertes y majestuosos, y sus expresiones también eran más ricas y diversas. Dependiendo de su posición y significado, en esta etapa a veces solo aparecía una parte determinada del cuerpo, y no completo, como se acostumbraba anteriormente.
Durante esta dinastía, los dragones se representaban en variados escenarios: dos de ellos luchando por una perla o mirando al sol; ejemplares jugando en el agua o persiguiéndose; celebrando en las nubes; junto con otros animales sagrados; transformándose... Los materiales utilizados eran muy ricos. Se representaban en cualquier elemento disponible, como oro, plata, bronce, piedra, cal, madera, tela, hueso, marfil, cerámica y porcelana. Las técnicas también eran diversas: fundición de bronce, tallado en piedra o en madera, enlucido de cal, incrustaciones de nácar, bordado sobre tela, pintura sobre papel y otras. En estas páginas se muestran algunos estilos de decoración de dragones típicos y únicos en las bellas artes de la dinastía Nguyen.
Cabe destacar que durante el reinado de Khai Dinh (de 1916 a 1925), esta manifestación se elevó a un nuevo nivel con la técnica del mosaico de porcelana, también llamado arte del mosaico.
Puede afirmarse que el dragón es una característica de la cultura vietnamita durante la dinastía Nguyen. Y hasta hoy, a través de los altibajos de los tiempos, esta imagen permanece muy vívida y está presente en un enorme tesoro patrimonial de las bellas artes, desde la corte real hasta el folclore, lo suficiente para poder identificar a Hue como la tierra de los dragones, la Ciudad Imperial famosa por siempre./.
- Por: VNP/Thanh Hòa