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El café vietnamita conquista a los consumidores franceses

El café vietnamita gana popularidad en Francia, especialmente entre jóvenes, destacando por su sabor único y cultura frente al tradicional espresso.

Hanoi (VNA) – El espresso ha sido durante mucho tiempo símbolo de la cultura cafetera europea y francesa, pero en los últimos años el café vietnamita, con su sabor único, preparación propia y fuerte identidad cultural, ha ido conquistando cada vez más a los consumidores franceses, sobre todo a los jóvenes.

Los clientes franceses acuden a PHIN MI para disfrutar de un café con un intenso sabor vietnamita. (Fuente: VNA)

 

En un reciente artículo titulado “¿El café vietnamita está desplazando al espresso?”, el diario 20Minutes, uno de los más importantes y populares de Francia, señaló que el “cafe sua da” – café Robusta preparado con filtro metálico y leche condensada azucarada, servido frío – se está convirtiendo en una opción habitual para muchos consumidores franceses y, más allá de una bebida refrescante, transmite también una historia de cultura e identidad.

Vietnam es actualmente el segundo exportador mundial de café y el primero en Robusta, grano que contiene casi el doble de cafeína que el Arabica. Durante años, la mayor parte del Robusta vietnamita se usaba en mezclas industriales sin indicar su origen. A partir de esa realidad, Kim Nga y Martin fundaron la marca “PHIN MI” en el barrio Quartier Latin de París, con la intención de presentar el café vietnamita como bebida independiente y auténtica.

La particularidad de esta marca reside en el método de preparación con phin, un pequeño filtro metálico heredado de las cafeteras francesas en la época colonial. El agua caliente gotea lentamente sobre el café molido durante 5 a 7 minutos, ofreciendo una experiencia pausada y casi meditativa. El resultado es una taza intensa y llena de matices, según el estilo del barista.

Según Kim Nga, aunque en Vietnam el café suele ser fuerte y amargo por el Robusta, en Francia muchos locales como “PHIN MI” lo preparan más suave y equilibrado, añadiendo la cantidad justa de leche condensada para ofrecer tazas cremosas y aptas incluso para quienes no acostumbran a beber café.

Los parisinos también aprecian variantes como el “cafe trung”, con espuma de huevo batido, comparado con un “tiramisú a la vietnamita”, o el “café con crema de coco”, untuoso y refrescante. Se pueden añadir sésamo negro, crema salada o leches vegetales para ampliar la experiencia.

Lo que distingue al café vietnamita no es solo su sabor, sino la cultura que lo respalda. En Vietnam, tomar café es un rito cotidiano ligado al ritmo de la ciudad. Trasladado a París, no solo es una moda, sino un puente cultural que despierta curiosidad y empatía entre los franceses.

En un contexto donde se popularizan tendencias como el espresso tonic, el café vietnamita demuestra un atractivo duradero y va consolidando su lugar junto al espresso, emblema tradicional de la cultura europea del café./.


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