Durante una visita a esas unidades, el mandatario elogió sus avances en las tareas de asesoramiento al Partido Comunista y al Estado, en la formación de personal e investigación científica, así como en la coordinación con otras fuerzas en la gestión del espacio aéreo y las actividades de búsqueda y rescate en desastres naturales.
Llamó a mayores esfuerzos en formar una fuerza cada vez más revolucionaria, regular, moderno y de élite.
Al mismo tiempo, pidió mantener en alto la vigilancia ante intentos de las fuerzas hostiles, impulsar la aplicación tecnológica en la formación y entrenamiento, y desarrollar teorías y artes militares en la operación aérea y antiaérea moderna.
Subrayó, además, la importancia de consolidar los vínculos con los pobladores, mediante la participación activa en las actividades de garantía del bienestar social, reducción de pobreza, búsqueda y rescate, y desarrollo económico y cultural.
Durante la resistencia contra Estados Unidos, la fuerza aérea y antiaérea acompañó al pueblo en el Norte para derrotar la guerra destructiva de los invasores en la gran retaguardia.
Especialmente, a finales de 1972, esas unidades protagonizaron la victoria histórica “Dien Bien Phu en el aire” contra la campaña de bombardeo de Estados Unidos. Ese triunfo decisivo obligó a Washington a firmar el Acuerdo de París, poniendo fin a la guerra y restableciendo la paz en Vietnam.
En la era de paz, esa fuerza desempeña el rol núcleo en la gestión del espacio aéreo y de vuelos, así como en el asesoramiento a dirigentes del Partido y del Estado.
VNA/VNP
